Macías, David & Manuel

Photographs of David & Manuel Macías<br />

Top left: David and Manuel Macías, Bettendorf, 1918; top right: Manuel Macías; bottom: hometown Sombrerete, Mexico.

Izquierda arriba: David y Manuel Macías, Bettendorf, 1918; derecha arriba: Manuel Macías; abajo: ciudad natal de Sombrerete, México.

Photograph of workers at the Rock Island Railroad yard located in Silvis, Illinois, 1925

Photograph of some of the early Mexican immigrants who migrated to the Silvis yards to work in the Rock Island Railroad shops. More than half of these Mexican men were recruited by the Macías brothers who taught them music. Some of them would bring their instruments to work and play for workers during their noon hour.  (Caption by Pete Macías)

Fotografía de algunos de los primeros inmigrantes mexicanos que migraron para trabajar en los los talleres de Rock Island Railroad en Silvis. Más de la mitad de estos hombres mexicanos fueron reclutados por los hermanos Macías, quienes les enseñaron a tocar música. Algunos llevaban sus instrumentos al trabajo y tocaban para los trabajadores durante la hora del almuerzo. (Pie de foto de Pete Macías)

Photograph of the mexican band Corporacion Musical Miguel Hidalgo, in Silvis, Illinois in 1923

Manuel Macias, Director, David Macias, Asistente. The band played a potpourri of American tunes, European classics and Mexican folk music.  David Macias standing far right.

Manuel Macías, director, David Macías, asistente. La Banda tocaba un potpurrí de melodías americanas, clásicos europeos y música folclórica mexicana. David Macías está parado en el extremo derecho.

(Bottom, from left to right)

David Macías (1885-1935) & Manuel Macías (1890-1954)

Written by Catherine Babikian

David and his brother Manuel Macías were born in the state of Zacatecas, a dry, rugged region of central Mexico. David hoped to become a priest, but the Mexican Revolution derailed his plans. Instead, he became a chemist for an American mining company with operations in Mexico. Business trips took him north of the border to Iowa, and soon he decided he would stay there permanently. One of the first Mexicans to settle in the Quad Cities, David arrived in Bettendorf, Iowa in 1914. He worked for the Bettendorf Car Company—a major supplier to the national railroad industry. 

“[Bettendorf] was a booming town,” remembered Pete he Macías, Manuel’s son. “In those days, you go into a town and that town was belching with smoke…there was industry there.”  

Manuel Macías, born in 1890, did not immediately accompany his brother to Bettendorf. Although he had also worked for a mining company, he joined the Mexican Revolution and, due to his musical background, played coronet in a unit band. When David wrote to him with news of opportunities in Bettendorf, Manuel and his wife Guadalupe decided to cross the border. He worked in sugar beet fields and on railroad crews as he made his way north, arriving in Bettendorf in 1915.

When the U.S. entered World War I in 1917, the need for soldiers abroad created a labor shortage across the country, including the Bettendorf Car Company. David and Manuel helped the company recruit Mexican workers to come to Bettendorf. On their arrival in Bettendorf, the workers lived in Holy City - the company housing close to the foundries where they worked.  After the war, many brought their families to Iowa. In 1918, David lost his left arm in an on-the-job accident in the Bettendorf foundry. Despite this, he continued to serve as an interpreter and advocate for Mexicans on both sides of the river in Silvis and Bettendorf. His nephew Pete Macías recalled:

My dad [Manuel] didn’t speak very good English, he spoke a very broken English. My uncle [David] spoke it very fluently and when they first came over here, when there was trouble, they’d get the consul from Chicago. He’d come down here and my uncle talked for him. My Uncle Dave was kind of going in between. He was kind of more or less in between the people that he helped a lot. He’d help his fellow countrymen, that’s what he was doing. There was no one else around here that would do it, but he spoke up for them and he was vocal, very vocal.

David and Manuel made regular trips to Silvis, Illinois, a town just ten miles and across the river from Bettendorf. Silvis was also home to a thriving Mexican community, and the brothers volunteered to teach music to community residents. “A lot of them had their families in Mexico, so they started getting in trouble,” recalls Pete, “so he [Manuel] decided to teach music. A lot of kids and men signed up and they formed a band…he asked for a rehearsal hall and they put a building up for the rehearsal hall.”

A few years later, the rehearsal hall became a church, named Our Lady of Guadalupe. David Macías built the church altar. Dedicated in 1927, the church served as not only a place of worship, but also as a community gathering point for Mexicans in Silvis and neighboring Quad City barrios.

The brothers lived out the rest of their lives in Bettendorf—David died in 1935, and Manuel, in 1954—and the communities they helped establish continue to thrive today.


David Macías (1885-1935) y Manuel Macías (1890-1954)

Escrito Catherine Babikian

David y su hermano, Manuel Macías, nacieron en el estado de Zacatecas, una región seca y áspera del centro de México. David soñaba con ser sacerdote, pero la Revolución Mexicana cambió sus planes. En vez de eso, acabó siendo químico para una empresa minera estadounidense que tenía operaciones en México. Los viajes de negocios lo llevaron al norte de la frontera hasta Iowa y, pasado poco tiempo, decidió instalarse allí de forma permanente. Uno de los primeros mexicanos que se estableció en las Quad Cities, David llegó a Bettendorf, Iowa, en 1914. Trabajó para la Bettendorf Car Company, un importante proveedor de la industria ferroviaria nacional.

 “[Bettendorf] era una ciudad en pleno auge”, recuerda Pete Macías, hijo de Manuel. “En aquellos días, uno va a una ciudad y de esa ciudad salía humo...había industria ahí.”

Manuel Macías, nacido en 1890, no acompañó a su hermano a Bettendorf de inmediato. Aunque también había trabajado para una empresa minera, se unió a la Revolución Mexicana. Por sus conocimientos musicales, tocaba la corneta en la banda de una unidad. Cuando David le escribió sobre las oportunidades que había en Bettendorf, Manuel y su esposa Guadalupe decidieron cruzar la frontera. Trabajó en campos de remolacha azucarera y en cuadrillas del ferrocarril en su camino hacia el norte, hasta llegar a Bettendorf en 1915.

Cuando los Estados Unidos entró en la Primera Guerra Mundial en 1917, la necesidad de soldados en el extranjero creó una escasez de mano de obra en todo el país, incluso para la Bettendorf Car Company. David y Manuel ayudaron a la compañía a reclutar a mexicanos para que fueran a trabajar a Bettendorf. A su llegada a la ciudad, estos trabajadores vivían en Holy City, el barrio de viviendas que les ofrecía la empresa y que quedaba cerca de las fundiciones donde trabajaban. Después de la guerra, muchos llevaron a sus familias a Iowa. En 1918, David perdió el brazo izquierdo en un accidente laboral en la fundición de Bettendorf. A pesar de ello, continuó sirviendo como intérprete y defensor de los mexicanos a las dos orillas del río, en Silvis y Bettendorf. Su sobrino Pete Macías explicó:

Mi padre [Manuel] no hablaba inglés demasiado bien, chapurreaba el inglés. Mi tío [David] se comunicaba con mucha fluidez y cuando ellos llegaron aquí por primera vez, cuando había problemas, ellos conseguían al cónsul de Chicago, que venía aquí y mi tío explicaba por él. Mi tío Dave era un poco como un intermediario. Hacía más o menos como de intermediario de la gente, a la que ayudaba mucho. Ayudaba a sus compatriotas, eso es lo que hacía. No había nadie por aquí que lo hiciera, pero él los defendía y hablaba claro, muy claro.

David y Manuel visitaban con regularidad Silvis, Illinois, un pueblo al otro lado del río, a solo 10 millas (16 km.) de Bettendorf. Silvis también era el hogar de una próspera comunidad mexicana y los hermanos se ofrecieron a enseñar música a los residentes de la comunidad. “Muchos de ellos tenían a su familia en México, así que empezaron a meterse en problemas”, recuerda Pete, “entonces él [Manuel] decidió enseñarles música. Muchos hombres, jóvenes y mayores, se inscribieron y formaron una banda... él pidió un salón para ensayar y construyeron un edificio para ese salón de ensayos.”

Pocos años después, el salón de ensayos se convirtió en una iglesia, llamada Nuestra Señora de Guadalupe. David Macías construyó el altar de esa iglesia. Dedicada en 1927, la iglesia sirvió no solo como lugar de culto, sino también como lugar de reunión comunitaria para los mexicanos de Silvis y de los barrios de las Quad Cities vecinas.

Los hermanos vivieron el resto de su vida en Bettendorf; David murió en 1935 y Manuel, en 1954, y las comunidades que ellos ayudaron a establecer continúan prosperando hoy en día.

Translated by students of the course Translation Workshop: English into Spanish taught by Pilar Marcé (Fall 2021).

Macías, David & Manuel